Y qué opina usted, hno Gonzalo?
No quiero la revolución (terminan coartando la libertad de pensar distinto) ni tampoco a militares en el poder (16 años y tres mil personas menos fue suficiente. Sin contar los exiliados)
Creo en el evangelio, en el diálogo democrático, en la justicia en toda su dimensión. Es bien charcha nuestra democracia, pero quiero cuidarla. Hagamos y seamos parte de transformaciones y cambios desde el diálogo. Aún cuando nuestra clase política es patética, la Escritura me llama a orar por los gobernantes (me gusten o no) a levantar mi voz por el que sufre (y ayudarlo) y por supuesto, a anunciar el evangelio del reino.
¿Los otros son los malos y nosotros los buenos? No es una sabia conclusión. Lumpen, narcos, delincuentes de cuello/ corbata, poderosos, egoísmos, avaricia etc son los enemigos de hoy y de siempre.
Nuestro malvado corazón sale a relucir en estas instancias. Es triste ver a hermanos en Cristo peleados por esto, sabiendo que el enemigo es otro.
Es tiempo de reflexionar, arrepentirnos y buscar del Señor. Dios nos ayude.
Eso' pino.
