18 enero, 2008

Un retrato del Cristo (O, cómo era Jesús??) 2ª parte de no sé cuantas que vendrán.

Dejemos de lado el aspecto físico de Jesús y concentrémonos en su persona. Si hubiéramos podido realizarle un test de personalidad... Cual hubiese sido el resultado??

Creo que la personalidad que vemos en los evangelios es super distinta a la imagen con la que crecí, imagen que puedo ver en algunas películas antiguas de Hollywood sobre Jesús. En estas películas, Jesús recita sus líneas con monotonía y sin mucha emoción. Es como si pasara por la vida como un personaje tranquilito en medio de todo un caos. Nada lo altera. Distribuye sabiduría con tonitos mesurados, uniformes. En otras palabras un Jesús "Armonyl".

Por el contrario, los evangelios presentan a un hombre que tiene tal carisma que la gente se queda sentada tres días, sin comer, solo para escucharlo. Parece que puede emocionarse, una persona que impulsivamente "tuvo compasión" o "tuvo misericordia". Los evangelios nos muestran una galería de respuestas emotivas de Jesús: compasión instantánea por un leproso, alegría ante los éxitos de sus discípulos, un estallido de ira ante los legalistas insensibles, dolor por una ciudad rebelde, y como no olvidar esos terribles gritos de angustia en Getsemaní y en la cruz. Tuvo una paciencia casi inagotable con las personas, pero ninguna con las instituciones y con las injusticias.

Me acuerdo de un retiro de varones hace años, donde tuvimos un taller para "poder contactarnos con nuestras emociones" y de pasadita, romper con los estereotipos tan rígidos de la malentendida masculinidad. Estábamos en pequeños grupos, mientras escuchaba a otros que contaban sus luchas por expresarse y por vivir una verdadera intimidad, me dí cuenta que Jesús vivió una suerte de "ideal" de realización masculina que hoy, dos mil años después, los hombres seguimos "haciéndonos los lesos". Tres veces por lo menos, lloró delante de sus discípulos. No ocultó sus temores ni dudó en pedir ayuda: "Mi alma está muy triste, hasta la muerte", les dijo en Getsemaní, "quedaos aquí y velad conmigo" Cuantos líderes poderosos de la actualidad se presentarían tan suceptibles??

A diferencia de la mayoría de los hombres que conozco, a Jesús le gustaba alabar a otras personas. Cuando hacía milagros, generalmente procuraba que el resultado se le atribuyera al que había sido sano: "Vete, tu fe te ha salvado". Llamó a Natanael "un verdadero israelita, en quien no hay engaño". De Juan el Bautista, dijo que nadie mayor que él había nacido de mujer. Al volátil de Pedro, lo llamó la "piedra". Cuando una mujer humillada le rindió un acto (digamos, extravagante) de adoración, Jesús la defendió ante quienes la criticaron y dijo que se seguiría contando su historia hasta el fin de los tiempos.

Los evangelios nos muestran que Jesús establecía de inmediato intimidad con las personas que conocía. Con una mujer junto a un pozo, con un líder religioso en un jardín, o con un pescador junto al lago, iba de inmediato "al hueso", y después de unas pocas frases, estas personas le contaban sus secretos más íntimos. La gente de la época mantenía una respetuosa distancia con los rabinos y con los "hombres santos", pero Jesús sacaba mucho más, un deseo tan profundo que la gente se aglomeraba alrededor de él solo para tocar su túnica.


Continuará.