12 diciembre, 2007

"Navidad, navidad hoy es..." 1º parte (Noche de paz?)

Navidad.

Se habla tanto de la navidad: que la fecha no corresponde, que el consumismo, que la navidad es solo para los niños, obtenga su super crédito navideño, que es para compartir en familia, que la cena de navidad, que el árbol de navidad es satánico (esa onda), que el viejito pascuero (o viejito navideño?), los regalos, los adornos, las tarjetas, ah las tarjetas!!

Ya casi nadie manda tarjetas.

Me acuerdo cuando se repartían las tarjetas que nos enviábamos entre los hermanos de la iglesia; era una verdadera competencia por ver quien recibía más. Llegando a casa las poníamos bajo el árbol. Habían de diversos tamaños, colores, paisajes, retratos, etc. Recuerdo que muchas de ellas representaban pueblitos del norte de Europa o América, con sus chimeneas prendidas y sus techos cubiertos de nieve. (En mi niñez nunca noté el detalle que vivíamos en América del Sur, específicamente en Chillán, que estábamos en verano y que teníamos 33º de temperatura, uf!)

Me gustaban las tarjetas. Creo que aún me gustan, aunque no mande muchas.

Hay tarjetas con animales: no solo renos; ardillas, mapaches, caballitos y uno que otro ratoncillo. Recuerdo especialmente una donde aparecía un león abrazando cariñosamente a un cordero.
Hay tarjetas con ángeles, criaturas recatadas y de aspecto un tanto mimoso tipo Fiorucci; no como seres que fueran a decir: No teman!!.
Hay tarjetas religiosas, pero son una minoría. Sin embargo, lo curioso es que se centran en la sagrada familia, y cuando las vemos con atención, nos damos cuenta de inmediato que estos personajes son diferentes: tranquilos, serenos. Sobre las cabezas se ven unas aureolas doradas brillantes, como coronas...

En el interior de las tarjetas aún vienen palabras gozosas como amor, buena voluntad, alegría, paz, felicidad y cariño. Ahora bien, creo que es bueno que honremos una festividad sagrada con sentimientos cordiales.

Sin embargo...

Cuando leo los evangelios, y veo la primera navidad, leo (y hasta me parece escuchar) un tono muy diferente: temor y perturbación.

Hace algunos años, (esto de tener más de treinta) recuerdo un episodio de la serie gringa de tv, Treintaytantos. Hope, que era cristiana, discutía con su esposo judío Michael, acerca de las fiestas religiosas: "Por qué hay que preocuparse del Hanukkah?? pregunta ella, Crees de veras que un grupito de judíos detuvieron a un gran ejército con unas cuantas lámparas que milagrosamente no se quedaron sin aceite??. Michael explota: Y la navidad tiene más lógica??!! Crees de verdad que un ángel se le apareció a una adolescente que quedó embarazada sin haber tenido relaciones sexuales y se fue a Belén a lomo de un burro donde pasó la noche en un establo y dio a luz a un niño que resulltó ser el Salvador del mundo??!!

Sinceramente, la incredulidad de Michael, se parece más a lo que encontramos en los evangelios. María y José debieron enfrentarse con la vergüenza y burla de la familia y los vecinos, quienes reaccionaron en forma muy parecida a Michael (De verdad crees que un ángel se le apareció...?)

Incluso, los que aparecen como creyentes de este maravilloso hecho, advierten que iban a producirse ciertos transtornos: un viejito ora pidiendo "salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron"; Simeón de una manera un tanto siniestra, le advierte a María que: "una espada traspasará tu misma alma"; el magnificat de María dice que "se quitará de los tronos a los poderosos y que los soberbios serán esparcidos".

Muy, pero muy diferente con lo que las tarjetas nos pintan, la Navidad no "sentimentalizó" la vida en el planeta tierra. Miro a los evangelios y me alejo de la "Noche de paz"

Los artistas presentan la navidad con la familia de Jesús grabada en un papel dorado, con una María en calma que recibe las buenas nuevas de la anunciación como una especie de bendición. Pero no es así como Lucas nos cuenta la historia. María se sintió "turbada" y con "temor" ante la aparición del ángel, y cuando éste pronunció las sublimes palabras acerca del Hijo del Altísimo cuyo reino no tendría fin, María se puso a pensar en algo mucho más mundano: "Pero si soy virgen!!!"

Continuará...

Gonzalo.