Irreversible.
Recién a los once años supe el significado de esa palabra.
En abril de 1986, mi padre murió repentinamente en el baño de nuestro departamento en Santiago. Asfixia por monóxido de carbono. Tenía cuarenta y seis años.
Mil ideas pasaron por mi mente de niño: que no estaba realmente muerto, ya que estaba empañado el cristal del ataúd; que se había ido por un tiempo y que era todo un montaje; o simplemente que esto no estaba pasando y que todo era un mal sueño. Más o menos a los tres meses lo entendí. Mi padre, estaba muerto, verdaderamente muerto.
A partir de este episodio, comencé a relacionarme con la palabra resurrección. Era realmente posible? El mismo año 1986 falleció un muy querido amigo de mi infancia: Lorenzo Monroy. Se había "sanado" de una severa afección cardíaca. Después de una cirugía correctiva, y justo un día después de un chequeo que lo declaraba "prácticamente sano", se desploma en el patio de su casa: infarto fulminante. Tenía 13 años. Apenas me enteré, comencé a orar para que Dios lo resucitara. Acaso no hay imposibles para Dios?? Un maestro de la Iglesia me dijo por esos días que la muerte era... irreversible. Con once años, poco podía entender.
Sin embargo, la Biblia dice que Cristo ha resucitado (Les invito a leer 1º a los Corintios 15) y como dicen los sacerdotes ortodoxos: Verdaderamente ha resucitado!!! Ahora bien ¿Qué significó para nuestro mundo que Cristo haya resucitado?
Cuando era niño entendí (casi a golpes) la irreversibilidad. Ahora, cuando llegué al seminario, o digamos, cuando me puse a estudiar la Biblia en serio, me dí cuenta que la Pascua tenía en sí misma la fantástica promesa de la reversibilidad. Hay remedio para todo, Incluso para la muerte!!
Cuando murió una amiga y hermana en Cristo de Stgo. alguien dijo algo como: "qué pasaría si nos encontramos con ella al salir del cementerio??" Me voy de espalda, pensé. (aunque no dije espalda exactamente)
Esta idea me ayudó un poco a entender lo que pudieron sentir los discípulos de Jesús en la primera Pascua. Habían estado compungidos por tres días. El domingo escucharon un sonido nuevo, eufórico, como unas campanas en un pueblo montañés (qué poético!!) Es que la Pascua da un tono nuevo de esperanza y fe de que lo que Dios hizo una vez en un sepulcro en Jerusalén, puede y quiere repetirlo a gran escala. Para mi padre, para nosotros, para el mundo. En contra de lo que muchos crean, lo irreversible será revertido.
No sé si han cachado el hecho que los primeros cristianos lo apostaron todo en la resurreción, tanto que el apóstol Pablo escribió a los corintios: "Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, vana es también nuestra fe." (O sea tamos puramente dando jugo, y pesao!!) Sucedió de verdad este acontecimiento sin el cual nuestra fe es vana?? Cómo podemos estar tan seguros??
Quienes descartan la resurrección de Jesús generalmente describen a los discípulos de dos formas:
1. Como palurdos crédulos que tenían cierta "debilidad" por los relatos de espíritus.
2. Como conspiradores mañosos que inventaron la trama de la resurrección como forma de dar empuje a su nueva religión.
Sin embargo, la Biblia nos pinta un cuadro radicalmente diferente.
Veamos la primera "teoría".
Los evangelios describen a los seguidores de Jesús como los más desconfiados respecto a los rumores acerca de un Jesús resucitado. Sobre todo uno "El incrédulo Tomás", se ha ganado la reputación de escéptico, pero en realidad todos los discípulos mostraron falta de fe. Ni uno solo de ellos creyó lo que las mujeres contaron acerca del sepulcro vacío; "están locas" dijeron. Incluso después que Jesús se les hubo aparecido en persona, nos cuenta Lucas: "Todavía ellos... no lo creían". Es muy, pero muy requetecontraarchihipermegamacrosuperultra difícil calificar como crédulos a los once, a estos mismos que Jesús había reprendido por ser tan duros para creer.
La segunda "teoría".
La llamada "teoría de la conspiración", se cae por sí misma cuando se examina de cerca, porque si los discípulos habían planeado elaborar un relato perfecto que sirviera para encubrir los verdaderos hechos, fracasaron estrepitosamente. El famoso "asesor" de Richard Nixon (el presidente de los EE. UU que tuvo que renunciar por el escándalo Watergate -si no sabes, pregúntale a tu viejo-), Chuck Colson, que estaba metido en una "conspiración" dice que "los encubrimientos solo funcionan si todos los participantes mantienen un frente único de seguridad y competencia". Esto, sin lugar a dudas, no lo hicieron los discípulos.
Los evangelios muestran a los cobardes discípulos en habitaciones cerradas con llave, muertos de miedo de que lo mismo que le había ocurrido a Jesús les pudiese pasar a ellos. Incluso no fueron capaces de ir a la ceremonia de entierro de Jesús, dejaron que unas mujeres se encargaran del cuerpo. Los discípulos parecen totalmente incapaces de fingir una resurrección o de arriesgar su vida con el robo de un cuerpo; ni siquiera se les pudo haber ocurrido en el estado de desesperación en que estaban.
Se viene "weno" el tema.
Seguimos mañana.
Paz.
Gonzalo.