Tamos de welta.
Al principio, digamos por un año más menos, Jesús tuvo mucho "éxito". Era tanta la gente que quería verlo, escucharlo, ser sanada, etc. que a veces se veía obligado a refugiarse en una barca, alejándola de la orilla. Estoy convencido que lo que más lo dieron a conocer fueron las sanidades físicas. Los judíos creían que el diablo causaba la enfermedad y por lo tanto, había hombres santos que eran "canales de bendición" o mejor dicho de "intervención divina". Había una lista re larga de hacedores de milagros (Uno de ellos llamdo Honi vivió poco tiempo antes de Jesús y lo menciona el historiador Josefo) Jesús, al parecer, sabía de algunos "rivales", porque frenó el impulso de condenarlos.
Una tercera parte de los evangelios relata sanidades físicas y por mi carácter copuchento (lo asumo) me habría gustado investigar esas historias, buscando informes médicos, hablando con los familiares de los que fueron sanados. Estas sanidades no encajaban en ninguna pauta. Jesús sanó a distancia, hubo sanidades instantáneas, otras eran progresivas; otras incluso requirieron que la persona siguiera instrucciones concretas.
Sin embargo, hay algo un tanto "cuático" que me impresiona y me deja pa´dentro. Noten: por un lado Jesús sanaba en respuesta espontánea a la necesidad humana, o sea, si veía a alguien que sufría, sentía compasión y sanaba a la persona. NUNCA, rechazó una solicitud directa de ayuda. Pero así y todo, condenó a la "generación mala y adúltera" que pedía "señales" y tal como lo hizo en el desierto con Satanás, resistió la tentación de hacer espectáculo. Marquiño nos cuenta que en siete oportunidades Jesús ordenó a la persona que había sanado: No lo digan a nadie!! En las regiones donde la gente no tenía fe, ni hizo milagros. Esa onda.
A veces pienso (si, a veces lo hago!!) que hubiese sido mas mediáticamente exitoso si Jesús hubiera concentrado su ministerio en Roma, Atenas o Alejandría (las urbes de la época) Sus hermanos le propusieron que, por lo menos, debía trasladarse a Jerusalén,capital de Israel. Pero Jesús mismo prefirió mantenerse lejos del centro de atención. Fue como si hubiese desconfiado de las multitudes y de la "opinión pública", por lo que pasó la mayor parte del tiempo en ciudades pequeñas y de poca importancia.
Pero a pesar de esta doble militancia que Jesús tuvo con el tema de los milagros, no dudó en usarlos como prueba de quién era: "Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otro modo, creedme por las mismas obras" dijo a sus discípulos. Y cuando su primo Juanito el Bautista, que estaba en cana, tuvo sus dudas en cuanto a Jesús, le mandó a decir algo parecido a esto: Díganle al Juanano lo que han visto por acato, cuéntenle que hay personas que vendieron sus perros guía, y que ahora miran los pajaritos. Cuéntenle que hay unos compadres que cambiaron sus bastones de aluminio por skates y tablas de surf. Que muchos marginales hoy son gente con esperanza y que muchos vagonetas están viviendo la verdadera vida...
Si hubiera buscado una sola palabra para describir a Jesús a sus contemporáneos, habría escogido la palabra rabino o maestro. En toda mi vida de kanutoide no conozco a ni un solo compadre que se parezca al estilo de vida de Jesús. Su estilo nl tiene nada que ver con los tele-evangelistas o apóstoles modernos, con sus programas, campañas, equipos de avanzada, carteles, páginas web etc. Su pequeño grupo de seguidores, sin ningún lugar permanente de operaciones (Salvo Capernaúm?) iba de un pueblo a otro sin nada que se pareciera, por lo menos humanamente hablando, a una estrategia o planificación concienzuda.
ya.
seguimos tumorrou.
Paz a todos.