Pido disculpas por no actualizar tan seguido este estudio, pero se me ha puesto un poco difícil la pista en estos días en lo que a tiempo se refiere. Pero acá estamos. L.J.
5. Es un llamado de Amor e Intimidad. "Tengo que quedarme hoy en tu casa" (NVI) .
¡Pueden imaginarse con facilidad cómo cambiaron los rostros de la multitud! Ellos consideraban a Jesús el más santo y el mejor de los hombres, y estaban listos para hacerlo rey. Pero Él dice: "Hoy es necesario que pose yo en tu casa." (RV 60) Había un pobre judío que había estado dentro de la casa de Zaqueo; él había "tenido un drama," como se dice en el lenguaje flaite cuando son llevados ante la justicia, y este hombre recordaba qué tipo de casa era esa de Zaqueo; él recordaba cómo fue llevado allí, y sus conceptos de ese casa eran parecidos a los que una mosca tendría acerca de un nido de arañas después de haber escapado. Había otro hombre al que le habían quitado casi todas sus propiedades; y la idea que él tenía acerca de ir a la casa de Zaqueo era como entrar en una cueva de leones. "¡Cómo!" decían ellos, "¿este santo varón va a entrar en esa cueva, donde nosotros pobres infelices hemos sido robados y maltratados? Ya era lo suficientemente malo que Cristo se dirigiera a Zaqueo en el árbol, pero ¡qué tremenda la idea de ir a su casa!" Qué locura!!
Todos ellos "murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador." Bueno, yo sé lo que pensaban algunos de sus discípulos: pensaron que era algo muy imprudente; podía perjudicar su reputación, y ofender al pueblo. Pensaron que hubiera podido ir en la noche para ver a este hombre, como Nicodemo, y darle una audiencia cuando nadie lo viera; pero reconocer públicamente a un hombre así, era el acto más imprudente que Él pudiera hacer. Pero ¿por qué hizo Cristo lo que hizo? Porque quería hacer a Zaqueo un llamamiento de amor. No voy a ir para quedarme en la entrada de tu casa, o mirar al interior a través de la ventana, sino que voy a entrar en tu casa; esa misma casa donde el llanto de las viudas ha llegado a tus oídos, sin que tú lo oyeras; voy a ir a tu living, donde el lamento de los huérfanos no ha logrado moverte a compasión; voy a ir allí donde tú, como un león hambriento, has devorado a tu presa; voy a ir allí donde tú has ensuciado tu casa y la has vuelto un chiquero; voy a ir al lugar desde donde los gritos se han elevado al cielo, arrancados de las bocas de todos aquellos a quienes has oprimido; voy a entrar a tu casa para bendecirte." ¡Oh! ¡Cuánto amor tiene mi Dios!
Sabes algo?, mi Señor es un Señor muy afectuoso. Él quiere venir a tu casa. ¿Qué tipo de casa tienes? Una casa que tú has hecho un antro con tus borracheras; una casa que has ensuciado con tu impureza, una casa que has contaminado con tus maldiciones y garabatos, una casa donde manejas negocios sucios de los que estarías feliz de liberarte. Jesús dice: "Quiero ir a tu casa." Yo conozco casas ahora que una vez fueron nidos de pecado, donde Cristo viene cada mañana; el marido y la mujer que antes discutían y peleaban, doblan sus rodillas unidos en oración. Cristo llega a la hora de la once, cuando el trabajador regresa a casa para comer con su familia. Algunos de ustedes tendrán escasamente una hora para comer, pero se las arreglan para orar y leer la Biblia. Cristo viene a ellos. Allí donde las paredes estaban tapizadas de "monas piluchas" (asi decia mi mami) ahora está colocado hermoso paisaje; en un cajón de la cómoda hay una Biblia; y quizás la casa tiene solamente una habitación, si un ángel entrara y Dios preguntara: "¿Qué has visto en esa casa?" el ángel respondería: "he visto buenos muebles, porque tienen una Biblia allí; los cuadros con mujeres desnudas has sido descolgados y quemados; botaron el copete; Cristo ha entrado a esa casa." ¡Qué bendición que podamos tener a nuestro Dios en el hogar! Nuestro Dios es el Dios del hogar. Él viene para habitar con Su pueblo; Ahora tu, amigo mío, tú que vives en las guaridas más malas (espiritualmente hablando), si me estás leyendo hoy, Jesús te dice a ti: "Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa."
Ahí los vidrios
Paz
Gonzalo.