08 enero, 2008

Qué onda con los dones del Espíritu?? Intro y 1ª parte.

Muchos de uds. no tenían la más mínima idea que nuestra querida comunidad cristiana, más conocida como Asamblea de Dios Autónoma, es una iglesia pentecostal.

Queeeeee!!!

Así es, mis queridos lectores flaites, resulta que somos cristianos pentecostales. Lo que no es otra cosa que creer que los dones y manifestaciones del Espíritu Santo están vigentes el día de hoy.

Entonces, la idea es hacer un pequeño estudio bíblico y flaite sobre este tan requetecontrasuperhiperarchisumomegamacroimportante tema.

Acá vamos:


Introducción
Los dones del Espíritu capacitan al cristiano a testificar, y a desarrollar el fruto del Espíritu Santo.


La predicación de Pablo o de Bernabé, entre otros, siempre iba acompañada de milagros, señales y prodigios (Hechos 14: 1, 3):

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En 1 de Corintios 2: 4, vemos que Pablo no confiaba en su persuasión personal sino en el poder del Espíritu Santo, para que su ministerio fuera con ‘...demostración del Espíritu y de poder’.
De hecho, la Iglesia no se puso en marcha en la conquista del mundo para Cristo hasta recibir poder de lo Alto. Jesús así lo prometió a sus discípulos justo antes de ser ascendido a los cielos:


<<…recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra>> (Hechos 1: 8).

Era necesario recibir el poder del Espíritu Santo (y eso implica el obrar en los dones del Espíritu), para cumplir con éxito con la Gran Comisión: Predicar el Evangelio a todos / hacer discípulos en el nombre de Jesús (Mc. 16: 15; Mt. 28: 19, 20)

Nosotros hemos de buscar del Señor lo mismo hoy en día. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. Nada ha cambiado al respecto.

Jesús dijo en Juan 14: 12, enfatizando: ‘De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre’.

El requisito indispensable: Poner fe. Para hacer estas obras, es necesario ‘creer en El’ , eso implica creer de veras que Dios sigue obrando sobrenaturalmente hoy en día y a través del verdadero cristiano. Para hacer las obras de Jesús, e incluso obras mayores que las que Él hizo, es necesario que el Espíritu Santo tenga toda la libertad a través de nuestra fe práctica para manifestarse con poder.



Capítulo 1
Dios quiere que conozcamos acerca de los dones espirituales

(Veamos en 1 Corintios 12: 1, 4, 7, 11)

1 Corintios 12: 1; “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales”.
En el original griego leemos: ‘Y acerca de las cosas espirituales, hermanos, no quiero que las desconozcáis’.


‘las cosas espirituales’, ‘pneimatikón’, en griego. Podríamos traducir ‘cosas espirituales’ o ‘asuntos espirituales’ por ‘dones espirituales’ o ‘dones del Espíritu’.


(V. 4)“Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo>>

En el griego original, traducimos este versículo literalmente como: ‘hay diversidad de dones por el mismo Espíritu’. Es decir, que todos los dones proceden del mismo Espíritu Santo.
Estas manifestaciones del Espíritu Santo gozan tanto de diversidad como de unidad.
No todas tienen la misma importancia o propósito, aunque cada una de ellas nos es dada por el mismo y único Espíritu Santo.


Como la salvación, los dones son obra de la gracia de Dios, por lo tanto el mérito no es de la persona que los recibe y usa, sino del Dador de éstos. Es el Espíritu Santo el que los da según El quiere.


(V. 7)“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”

‘Pero a cada uno le es dada...’: No hay acepción de personas; es para todos y cada uno de los hijos de Dios.
‘...la manifestación del Espíritu...’:
‘Manifestación’, del griego ‘fanérosis’ : Significa evidencia, notoriedad, declaración ante todos, esclarecimiento.


La manifestación del Espíritu es la obra del Espíritu puesta en marcha. Es el mismo Espíritu Santo obrando, y siempre es sobrenatural.
El resultado es la adoración a Dios, y no la admiración de un don, y menos todavía la admiración hacia el creyente por el cual el Espíritu Santo se manifiesta.


<<... para provecho>>: O, ‘lo provechoso’; es decir, para dar la gloria a Dios; para bendecir a los demás; para que la iglesia obtenga provecho.
Por lo tanto, ‘la manifestación del Espíritu’, es tan vital hoy, como lo fue en la época neotestamentaria.



Hay que anhelar los dones, y abundar en ellos con el propósito de edificar la iglesia. Dice la Escritura en 1 Corintios 14: 12¸
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Disponiéndonos a creer
Estoy convencido que, para que el Espíritu se manifieste, será conveniente, que los hijos de Dios se dispongan a creer, recibir, y poner en práctica creyendo la manifestación del Espíritu Santo.
No debemos contristar al Espíritu por la incredulidad, el temor al que dirán o pensarán, testarudez, etc. Debemos ser vasos de barro; canales dispuestos a ser usados por el Espíritu Santo.


La ‘manifestación del Espíritu’ hace manifiesta la presencia del Señor en la congregación.
Así pues, la ‘manifestación del Espíritu’ es don por cuanto uno lo recibe, aunque en realidad es el obrar directo y poderoso del Espíritu Santo, por lo tanto nadie le puede manipular ni dirigir, aunque sí contristar.



El Espíritu Santo y uno mismo
V. 11“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”


‘Pero todas estas cosas las hace (las produce en griego) uno...’: Aquí entendemos la importancia del papel del creyente en cuanto a lanzarse en fe, así como su responsabilidad. Quiere esto decir que, aunque el Espíritu quiera traer un mensaje, si el que debe profetizar no abre la boca, el Espíritu Santo no podrá usarle; si el creyente no se lanza a orar en lenguas, el Espíritu no podrá edificar su vida (ver 14: 4), o si el mensaje debe ser para todos, las vidas de los oyentes, a través de la interpretación, si el que debe darla no abre su boca, y así en adelante.

Si no oramos por los enfermos creyendo, ¿cómo se sanarán?, si no creemos que el Espíritu nos puede usar en palabra de ciencia o de sabiduría, ¿cómo se hará la perfecta obra de Dios?, etc.
‘...y el mismo Espíritu...’: Es el Espíritu, como vemos, quien hace la obra y la gloria es para Dios.
‘...repartiendo a cada uno en particular como El quiere (o le place gr.)


Es el Espíritu Santo quien escoge a quien usar porque la gloria es para El. Sin embargo, cabe insistir en la importancia que tienen los ‘vasos de barro’ que somos cada uno de nosotros, de estar dispuestos, y más que de estar dispuestos a ser usados, a dar ese paso de fe como el que dio Pedro cuando por orden de Jesús salió de la barca y caminó sobre el mar (Mt.14: 28, 29).
El Espíritu Santo sólo puede usar a aquellos que se atreven a salir de la barca y caminar sobre las aguas. Recordemos, no obstante, que Pedro sólo salió de la barca cuando oyó que Jesús le dijo de salir, eso elimina toda presunción por nuestra parte.


Sin embargo, a veces oiremos claramente la voz de Dios empujándonos suavemente a lanzarnos en las manifestaciones del Espíritu, pero otras veces no será tan claro; allí es donde aprendemos a base de pasar tiempo con el Espíritu Santo a discernir Su voz.

Muchas veces nos podremos equivocar en discernir, pero eso nunca deberá ser un motivo para desistir; todo lo contrario. Fijémonos en los pequeños que aprenden a caminar y se caen en sus primeros intentos. Por otra parte, esta constituye una buena escuela de humildad y de dependencia del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo lo coordina todo y actúa, y un don de uno, motiva a veces al don del otro. Cada uno acciona a través de la fe puesta en práctica.


Continuará...