10 julio, 2007

Ojos que nunca ven; oídos que nunca escuchan.

Es una serpiente mortal.
Escúchenme.
Satanás es una serpiente. Mantengámos la guardia.
El es taimado. Está al acecho en los rincones oscuros y en los lugares mohosos. Golpea con fuerza al viejo, al rico, al pobre, al joven.... todos podemos ser su presa. Se arrastra, agazapado, metiéndose en la vida de todo el mundo y muy dificilmente pierde su objetivo.
Y qué astucia! Nunca sabemos cuándo va a dar el golpe. Nunca nos enteramos hasta que vemos los resultados de su embestida mortal: rostros desencajados, corazones irreflexivos, mentes perdidas, vidas vacías. Un montón de lágrimas y vidas destrozadas.
Quién es el traidor? Codicia? Lujuria? Egoísmo? No (Aunque todo esto es mortal). No queridos amigos; hoy vamos a desenmascarar a la más detestable de las víboras del infierno....
el conformismo.
Vivimos en un mundo plagado de conformismo rutinario
Mucha gente lleva la vida loca solo porque si ("porque así es la cosa") Creen que por ser jóvenes todo tiene que ser viernes o sábado por la noche y con platita en bolsillo. Algunos pasan toda la semana esperando el wikén... para qué? para que el lunes llegue igual y nos azote como un látigo inmisericorde...ah! no importa ya llegará el viernes y entonces... cada semana igual, cada semana peor...
Otros están muy conformes con la muerte, caras tristes y llantos durante el funeral, sin embargo ya durante el velorio salieron unos muy buenos chistes; luego llegamos a casa a reír con Casado con hijos. Total, dicen: "la única manera manera de sobrellevar la muerte es aceptándola como algo inevitable. No hay que cuestionarla ni desafiarla porque te deprimirás. Cierra los ojos. Ponte las manos en los oídos. No hay explicación. Estamos conformes.
Estamos conformes con Dios. Algunos domingueros, se sientan en el último banco de la Iglesia y cantan escondidos detrás de la cabeza de alguno. La confraternidad ha degenerado en formalidad. Una, dos, tres veces por semana, la gente paga sus obligaciones atravezando las puertas del templo, llevando a cabo el ritual y saliendo. La culpa queda apaciguada: "Menos mal que vine al culto...o si no Dios me podía castigar..." Somos tan ingenuos que creemos que Él necesita nuestra asistencia? Somos tan ignorantes que ponemos a Dios en una caja pensando que lo podemos llevar y traer a nuestra conveniencia?
Estamos conformes con la vida (mejor dicho: La rutina) Cómo puede un ser humano nacer, educarse, enamorarse, tener un trabajo, tener hijos, criarlos, ver a otros morir, hacer caquita y pipí, llorar, gritar, reírse, comer, fumar, subir o bajar una escalera, jubilarse y morir sin haberse preguntado nunca el para qué? Sin haberse preguntado jamás: Para qué estoy aquí? O lo que es peor, habérselo preguntado y HABER QUEDADO SATISFECHO SIN RESPONDERSE!! La historia está llena de vidas que pasaron sin propósito y murieron. Nueve de cada cinco personas están hipnotizadas por esta monótona rutina... pero... Hay alguien que lo cuestione? Hay alguien que desafíe a la maquinaria? Hay alguien que se pregunte para qué?
A veces me dan ganas de pararme en una esquina y gritar: Hay alguien que quiera saber para qué!!!??? Para que´las noches solitarias? Para qué los corazones heridos? Para qué los matrimonios destruídos? El para qué de los niños sin padres? ... pero nunca lo he hecho.
Me he metido las manos en los bolsillos, he observado... y me he dado cuenta que...
El truco mortal de Satanás no es dejarnos sin respuestas sino robarnos las preguntas.

(Colaboración de mi amigo M.L. Adaptado)
Gonzalo Eclesiastés